28 de octubre de 2014

Una buena noticia.

Las buenas noticias siempre son bien recibidas.

Y son bien recibidas, básicamente, porque son buenas. Si fueran malas no serían tan bien recibidas, pero entonces serían malas noticias, y ese no es el caso que nos ocupa. La noticia que nos ocupa, será bien recibida por millones de hombres, y seguramente también por bastantes mujeres. Y será bien recibida porque es una buena noticia. En algunos casos, será extraordinariamente bien recibida, porque en algunos casos será considerada como una extraordinaria noticia…

Porque la noticia que ha llegado a mis oídos, que usted puede recibirla tal y como considere oportuno, por no decir que puede recibirla tal y como le de la gana, y que pronto verá la luz en los diferentes medios informativos, no es otra que la próxima puesta a la venta del manual para entender a las mujeres, del cual, hemos conseguido esta foto en exclusiva:


Un servidor, que ha podido visualizarlo ligeramente, ha podido constatar que, a pesar de haberse dejado algunas cosas en el tintero, si que resulta un manual bastante completo. En él, podemos encontrar capítulos tan interesantes como: “Porqué dicen no cuando quieren decir sí”, “Porqué dicen sí cuando quieren decir no”, “Significado de la respuesta: Tú verás lo que haces”, “La mujer de tiendas” y “Cómo encontrar remedio al dolor de cabeza”, entre otros capítulos. Lo que aún es una incógnita, es si será editado algún fascículo más.

El libro, que promete ser el best seller más vendido (valga la rebuznancia) de la historia, ya está teniendo su eco en forma de protesta, enérgica protesta por otra parte, de varios colectivos. Entre dichos colectivos, se encuentra el colectivo de ecologistas, que consideran una auténtica barbaridad la cantidad de árboles que tendrán que ser talados, para la impresión del libro, así como del colectivo de taladores, que se sienten indignados por la cantidad, también exagerada, de horas extras que deberán emplear para llevar a cabo la tala de tal barbaridad de árboles. Juzgue usted si tales protestas son procedentes… o improcedentes.

Pero como las buenas noticias nunca vienen solas, ésta no iba a ser menos, y trae de la mano otra buena noticia, que seguramente, por ser buena, también será bien recibida. Será bien recibida por parte de millones de mujeres, y también por algunos hombres, ya que también está a punto de ponerse a la venta el manual para entender a los hombres. Esta es la foto a la que he podido tener acceso:



En mi particular opinión, considero a este manual bastante innecesario. Básicamente por… innecesario. El caso es que, una vez visto por encima, también viene bastante completo, aunque a mi parecer, y dada la simpleza del género masculino, creo que el tamaño es excesivo y se podrían haber ahorrado unas cuantas páginas, ya que sus cinco capítulos, “El hombre y su estómago”, “Cuando dicen sí, quieren decir sí”, “Porqué al hombre nunca le duele la cabeza”, “Porqué les gusta el fútbol” y “Porqué siempre piensan en lo mismo”, se podrían haber resumido con el contenido del capítulo que sirve de introducción “El hombre y su neurona”.

Por supuesto, las explicaciones de ambos manuales, serán sólo de carácter orientativo, ya que la complejidad del ser humano lleva intrínsecas demasiadas variantes como para que todas sean abarcadas. Pronto estarán ambos a la venta, el uso que haga de ambos, si es que compra alguno de ellos, será bajo su total responsabilidad…, aunque nunca sabremos quienes han sido los autores, ya que, por alguna extraña razón, han decidido permanecer en el anonimato.





23 de octubre de 2014

Odio.

El odio, guste o no guste, es un sentimiento que nos acompaña. Bastante negativo, ciertamente, pero un sentimiento al fin y al cabo.

Y todos odiamos, en mayor o menor medida, todos lo sentimos en algún momento. Y algunos, no sólo lo sienten, sino que además lo desprenden por los cuatro costados, convirtiéndose así en personajes odiosos. Por lo general, sentimos odio hacia personas conocidas, como por ejemplo, el chulito que te quitaba los ligues, el jefecillo de turno, al cartero que nunca llama dos veces, al banquero, al cartero que llama tres veces porque no le da tiempo a abrir la puerta... En definitiva, el odio se nos presenta en diferentes y múltiples versiones con personas de nuestro entorno.

Pero también sentimos odio hacia personas que ni siquiera hemos conocido ni conoceremos, personas que nos resultan anónimas porque no conocemos ni su nombre ni su paradero ni, en definitiva, absolutamente nada de ellos. De hecho, muchos de ellos son personajes de otra época. Y sí, los odiamos, no se crea que estoy diciendo tonterías. Bueno, es posible que esté diciendo tonterías, pero tan ciertas como que usted y yo respiramos. No, no aguante la respiración que eso es trampa…

Y si no, haga un pequeño ejercicio de reflexión y piense en que, por ejemplo, ¿no le resulta odioso aquél que inventó el pijama de franela? A mi sí, desde luego. Sí, lo sé, podría odiar a mi señora por usarlo, pero todo ello viene originado porque un personaje de otra época, que no tengo ni pajolera idea de quién fue, lo inventó. Y sólo puedo sentir odio hacia él. O ella, vaya usted a saber quién fue. Posiblemente fuera ella, alguna señora recatada de hace mil años, quien abriera esa puerta al antilibidinismo…

¿Y qué me dice de quien inventó el trabajo? Porque todos odiamos el trabajo, pero a quien deberíamos odiar fue a quién lo inventó. Si no fuera por él, seguiríamos todos recolectando y cazando para comer y para vestirnos. Seguramente el trabajo lo inventó alguien… que odiaba recolectar y, sobre todo, que odiaba cazar… Y detrás de él, o de ella, iría quien inventó el comercio, ya que al estar trabajando, y no tener tiempo para recolectar y cazar, había que comprar la mercancía, naciendo de esta manera el comercio. Por supuesto, con la invención del trabajo, nacieron también los vagos. Más que nada porque odiaban el trabajo… Y algunos vagos, se convirtieron en ladrones… porque odiaban el trabajo… pero amaban el dinero.

¿Lo ve?... todos odiamos algo… inventado por alguien. Y por mucho que digan que lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia, tengo muy claro que lo contrario de lo que amamos… es lo que odiamos.








 

16 de octubre de 2014

Noticias...

Esta, nuestra bien amada sociedad, no deja de generar noticias más o menos estrambóticas. Da igual que estemos en crisis o no.

Ya lo dijo Artur Más (…o menos, como usted prefiera): “No vamos a hacer referéndum, pero sí convocamos a la gente para que nos dé su opinión”… Vamos, que acabo de enterarme que un referéndum no es que la gente de su opinión, sino que debe ser algo así como un postre típico de algún país de sabe Dios dónde…

Yo pensaba convocar un referéndum, pero visto lo visto, o mejor dicho, escuchado lo escuchado, en vez de convocar dicho referéndum, les convoco para que den su opinión en forma de voto a éste humilde blog, en los premios Bitácoras 2014 en la categoría de Mejor Blog de Humor  y entretenimiento, unos premios, en los que, actualmente, este blog ocupa el puesto número 11…




No, no me mire así, yo tampoco me puedo explicar tan curioso fenómeno y he tenido que mirar la clasificación varias veces… y pellizcarme otras tantas. Aquí tiene la prueba de lo que le digo:




No pensaba convocar ningún refer…, perdón, no pensaba convocar a nadie para que diera su opinión, pero dado lo alto del puesto que ocupo en la clasificación, les agradecería enormemente que hicieran notar dicha opinión en forma de voto. Y agradecería aún más, que dicha opinión o voto, me fuera totalmente favorable.

Si ya ha votado en alguna otra ocasión, ya sabe la mecánica, pero si no es así, para votar por este humilde blog, sólo tiene que pinchar en el enlace que figura en la parte superior derecha del blog, y en la página que se abre validarse en el sistema con su cuenta de Facebook o Twitter. Si tiene Facebook y Twitter, podrá emitir un voto por cada una de ellas. Le saldrá otra página donde salen todas las categorías con las casillas para señalar la url del blog al que desea votar. Le insisto en que le agradecería enormemente que su voto me favoreciera…

Si va hasta la casilla correspondiente a la categoría “Mejor Blog de Humor y entretenimiento”, verá que ya está escrita una dirección url, que ¡caramba!, casualmente es la dirección de este humilde blog. Vaya hacia abajo en la página y pinche en la casilla que pone “Votar”… Hágalo rápido, a ser posible antes de que se arrepienta.

¿Ve? Es muy fácil y además… gratis.


 

6 de octubre de 2014

Sueños...

Yo sueño, usted sueña, el sueña…

Todo el mundo sueña. Usted, yo y su vecino. Por más que lo intente, nadie se libra, porque soñar es algo bastante inevitable, porque una vez dormidos, no somos dueños de lo que hacemos… ni de lo que soñamos. Y ni siquiera podemos elegir lo que soñamos. Uno se duerme y ¡hala!, empiezan a asomar por nuestros ojos cerrados imágenes descontroladas, a veces relacionadas entre sí, pero otras, en cambio, sin que guarden ninguna relación entre ellas. O eso creemos, porque…

A veces lo recordamos todo, a veces nada y a veces sólo parte de ellas. Quizás esas imágenes siempre estén relacionadas entre sí, pero no recordemos alguna parte de ellas, parte que es posible que hiciera de nexo, uniendo varias imágenes, pero que al no recordarlas nos hace creer que no guardan relación entre sí…

Por ejemplo: está usted soñando, dormido por supuesto, y en su sueño se ve sentado tranquilamente en su sofá leyendo el periódico. O cualquier libro, es indiferente. No digo que sea indiferente leer un libro o leer el periódico, mejor leer un libro porque leer un periódico es bastante triste, pero sí es indiferente para el ejemplo que nos ocupa. Bien, pues de repente, usted, en su sueño, pasa de estar sentado en el sofá leyendo, a estar tumbado en la tumbona de una piscina de un lujoso hotel. Desconcertante ¿verdad?

Yo tampoco entiendo porqué le llaman tumbona cuando en realidad deberían llamarle tumbadera…, tumbona es quien se tumba sobre ella. En fin, se podría pensar, que ambas situaciones no guardan relación entre sí, pero dicho pensamiento podría ser erróneo si, entre ambas escenas, hubiera otra en la que, usted, que está leyendo el periódico en el sofá (finalmente parece que no era indiferente lo que leía), lee la combinación de la primitiva y comprueba con algarabía que las apuestas de su boleto sellado coinciden plenamente… Esa es la imagen del sueño no recordada que une las dos imágenes que creíamos no guardaban relación entre sí. Es sólo un ejemplo, pero seguro que sucede así en muchas situaciones.

Pero no todo lo que soñamos se puede catalogar como sueño. O mejor dicho, debería llamarse de otra manera. Y de hecho se llama de otra manera: pesadilla. Que normalmente se suele llamar así a todo aquel sueño de carácter negativo. Y decimos “he soñado una pesadilla”, lo cual no deberíamos de hacer, porque lo que en verdad soñamos son sueños, las pesadillas… las pesadilleamos, o como quiera llamarlo, pero deberíamos empezar a practicar a conjugar dicho verbo para no crear confusiones con nuestros “sueños”.


Yo pesadilleo, tú pesadilleas, el pesadillea… y así con todos los tiempos verbales hasta pluscuamperfectarnos… juntos o individualmente, como usted quiera.




   

1 de octubre de 2014

Vacacioneando... y II.

Es posible, y sólo posible, aunque bastante improbable, que usted estuviera esperando la publicación de este post, como continuación del post anterior… Si es así, le pido disculpas por la tardanza. Si no es así, olvídese de lo que he escrito hasta ahora.

El caso es que son varias las razones por las que este post no ha visto antes la luz. No, la razón no es que haya habido un apagón. Es posible que lo hubiera, pero le aseguro que no ha tenido nada que ver, si no que las razones van más allá de un posible aumento de la obscuridad.

La principal razón, es que no se puede escribir sobre algo que no ha pasado. Sí, ya lo sé, podría inventarme un montón de tonterías, tal y como suelo hacer casi siempre, pero si voy a hablar de mis vacaciones, es conveniente hablar sobre algo que ha pasado de verdad, y no sobre fantasías que pueden hacerle creer a usted y a los demás que mis vacaciones han sido… fantásticas.

Y no es que no lo hayan sido, pero salvo el “pequeño incidente”, exitosamente solventado, relatado en el anterior post, todo transcurrió bajo la más absoluta normalidad, y evitando extenderme inútilmente, puedo resumirlo completamente en seis palabras: he vivido a cuerpo de rey… (ahora que mi señora no me oye puedo decirlo bien alto…). Vamos, más o menos lo que todos queremos en vacaciones…, estar tranquilos y sin sobresaltos, perdido por preciosos parajes, en este caso, además de preciosos, también Salmantinos.





Claro que, todo esto lo podría haber contado antes, si no fuera porque mi conexión a internet se fue al carajo. O quizás también se fuera de vacaciones, vaya usted a saber. No voy a caer en el error de criticar a Telefónica, porque al igual que sucede con Hacienda, Telefónica somos todos. Seguramente, la mitad de su plantilla también estaba de vacaciones. Deberían de contratar más chinos, estoy seguro de que funcionarían bastante mejor.

Una vez solucionado el pequeño conflicto con la conexión, y ante la falsa expectativa de que dicha conexión funcionaría mejor de lo que lo hacía con anterioridad a la avería, llego a la conclusión de que, lo que funciona peor que el gel de ducha de Torrente, es… mi maltrecho PC. Así que, ya puestos, decido darle al PC una pequeña revisión que se acaba convirtiendo en un completo formateo… Y así, una cosa llevó a la otra… y terminé modificando el blog, cosa que aunque no se lo crea, me divierte sobremanera.


El caso es que terminó el verano… y llegó Octubre. Y ya sabe, nuevo mes… nueva chica del mes.