17 de julio de 2014

Lo que trae el Verano...

Como quien no quiere la cosa, y sin previo aviso, estamos inmersos en pleno verano. Y además,  como todo los años, no ha llegado solo,  si no que se ha traído de la mano a diversos inquilinos que nos van a amenizar tan bonita estación.

Por un lado, nos trae a una plaga de insectos inmundos, hambrientos de chuparnos la sangre, que nos harán jurar en hebreo por no poder abrir las ventanas sin llevar en la mano un matamoscas, o llenar la casa de insecticida y andar por ahí con máscara antigás como si estuviéramos en alerta de guerra. Porque se nos llena la casa de esos kamikazes voladores y sufrimos mil y una picaduras. Además son unos cobardes, porque nos atacan con nocturnidad y alevosía, aprovechando la oscuridad de nuestro periodo de ronquidos. Y si estás despierto es peor, porque les oyes zumbar en la oscuridad y sientes sus ataques en oleada, provocándote hasta miedo, y terminas por taparte entero con las sábanas cuando más calor estás pasando…

Por otro lado, nos trae otra plaga animal, tan agobiante como la de los insectos: los Turistas, así con mayúscula. Es cierto que muchos nos visitan durante todo el año, pero en verano… son capaces de traerse incluso al vecino y se multiplican a lo bestia de manera exponencial. Se les puede distinguir claramente del resto de la gente por la alegría que llevan dibujada en la cara, y porque van parando a todo el mundo preguntando por tal o cual dirección. Pero no todos son iguales, no… hay muchos tipos de turistas según su manera de disfrutar de las vacaciones.

El más común es el Turista Kodak, fácilmente reconocible por llevar siempre a mano, o simplemente colgada del cuello,  una cámara de fotos, que puede variar según sus posibilidades adquisitivas, pero que es indispensable para que dicho personaje pueda disfrutar de sus vacaciones, hasta tal punto, que no son capaces de salir de casa sin su amada cámara. En algunos países, sobre todo en los orientales, no te puedes considerar turista si no tienes cámara, así que todos los turistas orientales son Turista Kodak de nacimiento. De hecho, su regalo de bautismo es una cámara, que guardan como oro en paño hasta que son capaces de usarla sin ayuda de un adulto, lo cual suele producirse a los dos ó tres años como muy tarde…

Otra clase bastante amplia, es el Turista Religioso, incansable en su empeño de visitar todas las casas que Dios tiene repartidas por el mundo. Si bien es verdad, que también suelen visitar otros monumentos y lugares emblemáticos, no se van de su destino vacacional sin haber visitado todas las iglesias y lugares sagrados. Muchos de ellos, incluso orientan sus vacaciones a dichos lugares sagrados, aunque en esos sitios no haya absolutamente nada más que ver, y son tales las peregrinaciones, que en esas ciudades ya tienen asumido que si quieren tranquilidad tendrán que irse a una isla desierta. A diferencia de los demás turistas, el religioso se mueve en cualquier época del año… porque como sólo visita lugares cerrados…

Tenemos también al conocido como Turista Alcohólico, suelen ser jóvenes menores de 25 años, con alguna excepción, y a quien nos podemos encontrar en grandes grupos, sentados en el suelo de cualquier plaza o desbordando las mesas de cualquier terraza. Pero eso si, son una especie nocturna y siempre se deja ver a partir de media tarde, antes sólo duerme, e incrementa su actividad a medida que va oscureciendo. A estos, por lo general, sólo les interesan los monumentos de carne y hueso, y además por comodidad esperan sentados a que pasen por delante de ellos, moviéndose sólo para recargar el vaso, o en su defecto, para cambiar de establecimiento.

En verano, y únicamente en verano, nos podemos encontrar también con el llamado Turista Desprotegido, llamado así por su poca afición a usar protección solar, y conocido también con el pseudónimo de Turista Cangrejo. Se les conoce con ése segundo sobrenombre, por el extraño y exagerado color rojizo de su piel, aunque no adquieren dicha tonalidad hasta llevar una hora en la playa, lugar donde los podemos observar tumbados, bien boca arriba o bien boca abajo, sin que ni siquiera se inmuten. Generalmente son nativos de países fríos o de ciudades donde no hay playas, con lo que aprovechan todo lo que pueden. Capaces de aguantar largas horas bajo el sol, sólo se incorporan de sus toallas un par de veces al día para ingerir alimentos y refrescarse...

Existe también un tipo de turista, difícil de ver en ciudades grandes, ya que su hábitat natural suele ser el campo, conocido como el Turista Caracol. Llamado así por su fuerza sobrenatural, suele llevarse la casa encima de sus hombros y colgada a los laterales de su bicicleta, o en el caso de los más débiles, de su motocicleta o caravana. Tienen la ventaja sobre las demás especies, de no necesitar una reserva ni de tener que pagarse un hotel, pero al mismo tiempo, la desventaja de que les coja una tormenta sin previo aviso. También se les llama Turista Caracol, porque cuando terminan las vacaciones, suele llegar a casa arrastrándose por todo lo que ha pedaleado.

No debemos olvidarnos del Turista Veloz, que más que de vacaciones, parece que está participando en un concurso de a ver quién ve más cosas en el menor tiempo posible. Estos suelen aparecer en grupos organizados, y lo hacen así, para que mientras unos ven una cosa, los otros hacen cola para ver otra guardándose el sitio mutuamente. Apenas hacen paradas para descansar y se desplazan en autobús de un lugar a otro, comen bocadillos en el mismo autobús, y si el susodicho autobús tiene baño… pues también hacen sus necesidades en él.

Y por último, y no por ello menos importante, si no todo lo contrario, ya que es el más completo de su especie, nos encontramos con el Turista Vocacional. Su nombre proviene del término Vacacional, y debido a su polivalencia puede llegar incluso a pasar desapercibido entre cualquiera de nosotros. Capaz de comportarse como cualquiera de las demás especies de Turistas, puede que incluso no sepamos encasillarle, y aunque es difícil que adquiera el color rojizo del Turista Cangrejo,  si nos fijamos en él detenidamente, veremos que a veces lleva cámara, que de vez en cuando entra en una iglesia, para más tarde salir de ella y sentarse en una terraza a tomarse unas cañitas, y a cualquier hora del día, si hay playa en la ciudad en cuestión, darse un baño para refrescarse.

Como veis, son bastante variadas las especies de Turistas, y aunque no están todas las que son, si son todas las que están. Me diréis que algunos turistas se pueden encasillar en varias especies simultáneamente, y es cierto. Nos podemos encontrar con un Turista Kodak convertido en un Turista Religioso ó en Turista Alcohólico, o al Turista Veloz en Turista Kodak y Turista Alcohólico…. En fin, hay multitud de combinaciones y debemos de tener paciencia con ellos, porque la verdad es que, todos hemos pertenecido alguna vez a alguna de estas especies o incluso a todas ellas.  

Lo que yo nunca he visto a día de hoy, y con ello no quiero decir que no haya sucedido en algún remoto lugar, es a un turista oriental ejercer como Turista Alcohólico ó Turista cangrejo,  lo que me da que pensar que para estos personajes, el relax y el disfrute por alguna extraña razón, no entra en sus prioridades turísticas. ¿Serán capaces de divertirse algún día?....