17 de diciembre de 2013

Hacer tiempo.

Hacer tiempo…

Es una expresión que utilizamos con relativa frecuencia en nuestra jerga habitual. Y no sólo eso, si no que además, se nos suele dar bastante bien “hacer tiempo”, sin que sea necesario tener una cierta habilidad para llevarlo a cabo.

Pero… ¿qué hay de cierto en ello? Porque hasta donde mi enorme ignorancia alcanza, a día de hoy, no creo que sea posible fabricar tiempo, y sin embargo, somos capaces de afirmarlo con total conocimiento de causa, como si fuéramos unos auténticos expertos fabricando tiempo y creáramos minutos como el que fríe churros, a ritmo de minuto por minuto…

Y además, tiene gracia que “hacer tiempo”, o lo que sea que nosotros entendamos por “hacer tiempo”, sea una de las pocas cosas, que podemos hacer mientras hacemos… cualquier otra cosa. Es decir, hacer dos cosas a la vez. Si es usted hombre, claro. Si usted es mujer, hacer tiempo será algo que podrá hacer mientras hace otras dos cosas a la vez… por lo menos.

Si nos paramos a pensarlo, normalmente acostumbramos a decir frases como, por poner sólo un ejemplo: “podemos hacer tiempo tomando un café” ó “podemos disfrutar un rato sexualmente mientras… hacemos tiempo”. Y esa es otra característica común que habitualmente rodea al acto de “hacer tiempo”: que es una actividad bastante satisfactoria, independientemente de que se consiga fabricar más o menos minutos. Eso lo dejaremos para la estadística dependiendo del “aguante” que tenga cada uno haciendo tiempo. A algunos les sobrará tiempo y a otros les faltará, pero… qué quiere que le diga, si a usted le falta tiempo… haber hecho más tiempo.

Pero sin embargo, lo más curioso es que, la mayoría de las veces, por no decir todas, hacemos tiempo… perdiendo el tiempo, por lo que no es de extrañar… que nos quedemos sin tiempo. Y por el contrario, paradójicamente, si no hacemos tiempo y nos dedicamos a lo que nos tenemos que dedicar… nos sobrará el tiempo, para después poder perderlo a nuestro antojo, lo hayamos hecho o no.


En definitiva, mejor no pensar en el tiempo… porque acabará lloviendo.





6 de diciembre de 2013

Al amparo de...

Hoy no voy a trabajar.

Me quedo en la cama porque me ampara la Constitución. Y a usted también, no se crea que yo soy especial. Aunque es posible y sólo posible,  que usted no sea como yo, de constitución horizontal, y usted llegue a levantarse de la cama en algún momento del día. Si es así, le deseo suerte.

Pero como ya he dicho, hoy más que nunca, nos ampara la Constitución para pasar el día a nuestro libre albedrío, y como tal, voy a ejercer mis derechos constitucionales permaneciendo en la cama, con alguien que me hace subir la temperatura hasta hacerme sudar, que me hace temblar con su mera presencia, y que nubla mi mente cuando se acuesta conmigo… la gripe.

Porque sí, tener la gripe también está amparado por la Constitución, y no sólo hoy, si no que puede tenerla cuando usted quiera. Es posible que nuestra Constitución cojee por varios sitios, pero en ese sentido, es bastante firme y tener la gripe, está bajo su Amparo, sobre su Consuelo y al lado de sus Remedios…

Y aunque yo no quisiera ejercer mi derecho constitucional a tener la gripe, ésta, la gripe, también tiene sus derechos constitucionales, y está amparada por la Constitución para instalarse en las entrañas de todo aquel que se le ponga entre ceja y ceja, vulnerando con ello, nuestro derecho constitucional de no pasar el día con ella.

Sí, ya lo sé. Ya sé lo que está usted pensando, “una mierda de Constitución”. Pero mientras que, aquellos que pueden, no la cambien, tanto usted como yo, tendremos que seguir sufriendo todo tipo de penurias que, para nuestra desgracia, están amparadas por la Constitución.

La verdadera desgracia, es que, a diferencia de la gripe, otras penurias amparadas por la Constitución, no se pueden remediar, ni con una aspirina, ni con la mejor de las farmacéuticas a nuestra disposición.

Y a nuestra amada Constitución, no la cambian… porque les ampara la Constitución.





Pd.: Nuevo mes, nueva chica del mes… porque me ampara la Constitución.