29 de mayo de 2013

Whiskypedia

Capítulo 3. La Tortilla Francesa.


Seguramente usted sepa lo que es una Tortilla Francesa. Es más, si usted no sabe lo que es una Tortilla Francesa… no sé donde coño ha estado metido.

Por si acaso llega usted de otro mundo y no sabe lo que es, pongo en su conocimiento que una Tortilla Francesa, es una Tortilla de patatas, sin patatas ni cebolla. Así de simple. No, no hay que extraerle las patatas y la cebolla a una Tortilla de patatas, so pedazo animal, basta con que nunca le ponga esos ingredientes, ni antes ni después…

Su nombre, culminado con el adjetivo “francesa”, puede llevarnos a diferentes equívocos. Está claro que dicho adjetivo, actúa diferenciando dicha Tortilla de la Tortilla Española, que como todo el mundo puede advertir, indica que son dos tipos de Tortilla diferentes. Así, a bote pronto, podemos suponer, que la Tortilla Francesa… es Francesa. Y podríamos deducir, que la falta de patata como ingrediente, es una consecuencia de la vagancia de los franceses, que buscaron la manera de ahorrarse el pelar las patatas… o incluso el plantarlas, vaya usted a saber. Pero no, no es tan sencillo…

Su origen, agárrese los machos, no es Francés. Ahora es cuando usted dice “ya me extrañaba a mí que los gabachos inventaran algo tan rico”… Le entiendo, a mí también me extrañaba. Su origen proviene de la edad de piedra, así que resulta un poco difícil estimar en qué lugar vio la luz por primera vez.

Pero sí podemos saber, en qué lugar se le dio nombre. En realidad, en cada lugar se llamaba de una manera, cada cual más pintoresca, pero la primera utilización del término Tortilla Francesa, para denominar a la Tortilla Francesa,  tuvo lugar en España, así que dicho término, es tan español como la Tortilla Española… o más.

El origen de tan recurrente nombre, cuenta la historia que tuvo lugar cuando, en plena invasión francesa del territorio español, en Andalucía creció tanto la pobreza que, disminuyendo enormemente el suministro de patatas, se vieron obligados a hacer la tortilla sin el preciado ingrediente. Con el paso de los años, a aquel nuevo tipo de tortilla, se le terminó llamando “tortilla de cuando los franceses”, que para abreviar terminó llamándose Tortilla Francesa… Claro que no sé si el no ponerle patatas a la tortilla, sería una consecuencia de la leyenda existente de que los andaluces también son algo vagos y se querían ahorrar el pelar patatas… o plantarlas, vaya usted a saber.


El caso es que, toda la vida pensando que la Tortilla Española era mucho mejor que la Tortilla Francesa (seguramente impulsado por el deseo de quedar por encima de ellos)… y resulta que ambas son españolas.





22 de mayo de 2013

Impossible is nothing.


Impossible is nothing!!...  Bonito slogan. Tan publicitario como espiritual…

No voy a discutir el beneficio anímico, que puede producir en todo aquel que escuche, aquello de  “nada es imposible”.



Está bien el mensaje y está claro que anima a quien lo escucha. Es un mensaje que invita a la épica y que, sobre todo, provoca que se ignoren todas las barreras,  que nos hacen creer que algo es imposible.  Uno está pensando “es imposible”, porque hay demasiados obstáculos para hacerlo posible, y de repente alguien le dice que “nada es imposible” y… voilá, dichos obstáculos son ignorados y nos lanzamos a buscar un imposible. Digo un imposible… porque no nos engañemos, seamos serios y reflexionemos…, dicho slogan, es más falso que un billete de 8 euros.

Todos sabemos que hay acciones totalmente imposibles de llevar a cabo. Yo mismo, y basándome en la experiencia que me dan mis taytantos años, sin ir más lejos y sin pensar demasiado, os puedo exponer unas cuantas:

- Hacer de cuerpo sin orinar al mismo tiempo (tengo que ponerme fino para evitar la censura). Yo lo he intentado infinidad de veces, pero realmente me es imposible aflojar un esfínter sin que el otro permanezca completamente cerrado. Incluso habiendo orinado minutos antes, me resulta inevitable que siga perdiendo, aunque sea gota a gota… Quizás alguien que practique con asiduidad la gimnasia perineal llegue algún día a conseguirlo, pero mientras tanto…

-Ver una película porno de principio a fin. Parece una empresa sencilla, pero no conozco a nadie que lo haya conseguido. Ni siquiera yo mismo. Y solamente en este apartado, encontraríamos más imposibles, como por ejemplo “no pulsar el botón de avance rápido cuando hay diálogos” o “quedarse con las manos quietas todo el tiempo”…

- Estornudar con los ojos abiertos. Ni el más afamado contorsionista será capaz de llevarlo a cabo. Claro que en este caso, no creo que nadie quiera ni siquiera intentarlo, más que nada por el miedo a que se le salgan a uno los ojos volando. Sólo de imaginármelo se me ponen los pelos de punta…

- Tener delante un buen escote y no mirar. Seguramente, la mayoría de las mujeres asegurarán que no es algo imposible…, pero claro, son mujeres y para ellas, un escote sólo es un motivo como otro cualquiera, un motivo muy noble, eso sí, para criticar a la desinhibida de turno. Lo cual no quiere decir que no mire dicho escote, porque independientemente de la naturaleza de los motivos que la impulsen a ello, inevitablemente también lo mirará…

- Llegar al ayuntamiento y acertar a la primera con el departamento adecuado. Da igual que tenga usted un plano detallado de cada departamento, el funcionario que lo ocupe y la labor que desempeñe. Nunca acertará a la primera. Ni siquiera los propios funcionarios, saben a ciencia cierta quién desempeña cada labor, así que lo normal es que circule usted por varias ventanillas antes de llegar a la adecuada… si es que llega. Esta imposibilidad, también es aplicable a los operadores de telefonía… por teléfono. Siempre le pasan a otro departamento.


Seguramente, la experiencia que le hayan dado sus taytantos años de vida, le habrán mostrado muchas otras cosas que le hayan resultado imposibles de realizar. Cuéntemelas y así no perderé el tiempo intentando llevarlas a cabo cuando se me presente la oportunidad…



20 de mayo de 2013

The Show must go on!!!


Seguramente, durante estos últimos meses, haya pensado en alguna ocasión, que no iba a volver a ver nada escrito en este blog. No le culpo, yo también lo he pensado…

Y seguramente, al pensar en esa posibilidad, haya suspirado aliviado. Tampoco le culpo, yo también habría hecho lo mismo… Pero lo siento. Sobre todo por usted… pero no va a tener esa suerte. Por que no es el caso. Soy de esas personas que no deja las cosas a medias,  que siempre tiene alguna tontería que decir, o en este caso, que escribir. 

Y si se diera el caso de que se me olvidara, siempre hay alguien que me recordará que lo haga. Así que, en cualquier caso, es a esa persona a quien tienen que “agradecerle” que esto siga en pie, que me esté dedicando a quitar las telarañas… y próximamente a intentar ponerme al día, y seguir disfrutando de todos los blogs amigos de los que siempre he disfrutado.

Por lo tanto, y como dijo no sé quién: “No se vayan todavía… aún hay más”. O como decía aquella canción: “The show must go on”. “El show debe continuar” (para los agnósticos).

Volvemos a abrir el telón…