30 de diciembre de 2012

Menudo Domingo...


En la vida de toda mujer casada, llega un momento en el que hace a su pareja la siguiente pregunta: ¿Cuándo vas a arreglar…? (sustituya los puntos suspensivos por cualquier objeto susceptible de un posible arreglo).

Si usted está casado, seguramente ya haya pasado por ese momento. Y por muchos otros similares, ya que el hecho de que un día, su mujer, haga esa pregunta, no significa que no vuelva a repetirla a cada oportunidad que tenga. Y es que, por alguna extraña razón, las mujeres están totalmente convencidas, de que los hombres tenemos la habilidad de arreglarlo todo. Pero la culpa no es de ellas, no. La culpa es de nuestro estúpido ego masculino, que nos impide pronunciar la frase “no sé hacerlo”. Y también es culpa de nuestra estúpida creencia de que podemos arreglarlo todo.

Y en ese error, ha vuelto a caer un servidor en este nuestro último Domingo del año. Porque hay días, en los que sería mejor quedarse tumbado en la cama, o en su defecto, tumbado en el sofá… Tras haber escuchado en numerosas ocasiones esa frase que todas las mujeres sueltan por su boquita, dos eran los objetivos a “arreglar” que tenía marcados para el día de hoy.

Primer objetivo: Sustituir uno de los dos portalámparas del espejo del baño que, incrustado en una tablilla que hace las veces de marquesina del espejo, hasta hace un par de semanas, cumplía positivamente con el noble objetivo de iluminar. 

Al ser completamente imposible encontrar un portalámparas que encajara en dicha marquesina, le eché imaginación al asunto y compré dos portalámparas exteriores (más que nada para que las dos bombillas estuvieran instaladas estéticamente de la misma forma), y que atornillaría a la marquesina, para sustituir los interiores que, como ya he dicho, no existen ya en el mercado alternativo.

En mi cabeza todo parece sencillo. Soltar cables de portalámparas A, enchufar a portalámparas B, y por último, atornillar en la marquesina el portalámparas B. En primer lugar, desmonté la marquesina para poder soltar los cables del portalámparas A. Fue sencillo, sólo dos tornillos unían las dos partes de la marquesina. Al separar ambas partes, apareció ante mí un amasijo de cables de diferentes colores. Es entonces, cuando uno se da cuenta de que para algunas labores, no basta con echarle imaginación…

Resultado: un enchufe quemado como consecuencia de haber insertado un cable en la clavija errónea, tras un par de saltos de los automáticos. El espejo se queda definitivamente sin ninguna bombilla utilizable. Paso al plan B… algo más sencillo que el plan original: instalar una bombilla más potente en el aplique del techo del baño. Ahora no tengo bombillas en el espejo, pero la bombilla del techo alumbra la hostia.


Segundo objetivo: arreglar la manecilla, o pomo, puede llamarlo como quiera, de la puerta que comunica el garaje con la casa. La puerta, cerrar lo que se dice cerrar, cerraba, pero abrías cualquier ventana de la casa, y la corriente provocaba que se abriera. Los días en que hacía viento, se abría y cerraba con escandalosos portazos a razón de unas diez veces por minuto.

El diagnóstico inicial, demuestra que el muelle que hace que el resbalón de la cerradura quede fijo e inamovible si no se acciona manualmente la manecilla, se ha roto. Cualquier persona que no le eche imaginación a nada, habría comprado una cerradura nueva. Pero yo, no sé si ya se lo habré dicho en alguna ocasión, tengo imaginación. Así que me imaginé que si desmontaba la manecilla y extraía la cerradura, podría “arreglarla”… 

Y no sólo lo pensé,  si no que además lo hice. Desmontarla, arreglarla descubrí demasiado tarde que no podría sólo con la imaginación. Sólo dos tornillos mantenían la manecilla en su sitio, por lo que no tardé ni medio minuto en desmontarla. Eso fue todo lo que pude hacer. Cuando desmonté la cerradura y fui consciente de que nunca podría arreglarlo, volví a montarlo y resignado… cerré la puerta.

Curiosamente, la puerta se quedó cerrada y no se abrió al darle un pequeño empujón, como sucedía antes de desmontar la cerradura. El problema vino después, justo cuando intenté volver a abrirla. Giré la manecilla… y aquello no se abrió. Y se quedó cerrada mientras, seguramente, se reía del inepto que intentaba abrirla desesperadamente…

Resultado: Puerta del garaje sin cerradura, que ahora permanece abierta a tiempo completo… gracias al método de apertura de puertas cerradas que en su día patentó la policía: la patada.


En definitiva, una manera tan triste como otra cualquiera de despedir el año. Les deseo a todos ustedes un feliz año nuevo.





Pd.: No deje de visitar mi otro blog.


16 comentarios:

  1. Te entiendo... yo soy un completo desastre en arreglar cosas. De hecho, ni planteo hacerlo, ni con imaginación.

    Pago a alguien para que me lo haga y listo...

    1 saludo y Feliz 2013.

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  2. Yo fui una de ésas que pedía que le arreglasen cosas jajaja.
    Al final, ya no me arreglaban nada.
    Yo sería incapaz, creo....todo lo que suene a bricolaje, electricidad,...que no, que soy negada.
    Aunque como tengo fuerza de voluntad, pronto me voy a lanzar a la pintura; no, no pintaré un cuadro, me refiero a la brocha gorda.
    Tengo que aprender a pintar, que falta está haciendo...
    ¿Tú no tendrás un ratín libre, verdad? jejejeje
    Feliz Ano!

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  3. Se ve que lo tuyo es desmontar cosas. Montarlas ya es otro cantar, por lo que veo... Jajaja. Un beso y feliz 2013!!!! (y que no se te estropee nada más...)

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  4. Yo ni me lo planteo... lo rompería aun más.

    Pasaba por aquí para desearos a todos un feliz felicísimo año 2013

    Un abrazo para todos

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  5. propón a tu mujer un cambio de aires, en mi casa mi hermana es la manitas y mi cuñado el cocinillas :d lo mismo te funciona!

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  6. Si es que hay que tener mucho cuidado con eso de decir "déjame a mí" o "yo lo arreglo en un minuto" que las palabras las carga el diablo...
    Feliz Año Nuevo, Elvis

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  7. Yo hace años que descubrí que no todos los hombres sois unos manitas... el mío es practicamente inutil en temas de bricolage, y aún así se sigue empeñando....
    menos mal que la de las ideas de plan B soy yo!!
    jajaja,
    feliz año nuevo!

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  8. Pues me enorgullece decir que en mi casa no tenemos ese problema (ni de preguntas ni de ñapas)... Mi adosado, para bien o para mal (a veces es para mal) tiene una paciencia infinita y aunque no sea experto en arreglar lo-que-sea, al final termina dando con ello. La que no tiene paciencia soy yo para aguantar ahí al ladito sujetando tal o cual cosa. Eso sí, cuando acaba, le hago la ola como nadie :D. No falla nunca ;-)

    Un beso, Elvis.

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  9. !!Hola,Elvis!!

    Mon ami,lo tuyo no es el bricolaje casero jajajaja.La próxima, pilla el manual de instrucciones,como decimos en mi tierra,para hacer chapuzas.
    Genial,elvis,q momentazo el de las bombillas.
    Un placer volver a leerte después de mis vacaciones navideñas.
    Muchísimos besitos,mon ami.

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  10. !!AH!!

    El vestido de la chica del mes es una preciosidad.Mas besitos.

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  11. Jajaja, yo soy de las que también le echan imaginación a los arreglos... sólo que hasta ahora me han funcionado.

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  12. !!Hola,Elvis!

    Espero q todo este bien,mon ami,hace tiempo q no se nada de ti.Muchísimos besitos.

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  13. Hola Elvis, hace tiemo que no te leo, espero que estés bien!! Un besote fuerte!!!

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  14. jejeje identificadisimo con tu relato amigo... a mi me pasa algo muy similar una vez por mes... mi mujer se encarga de romperme soberanamente las pelotas con que arregle todas las cosas de la casa como si durante la semana no me la pasara trabajando y esperando ansioso que llegue el fin de semana para descansar frente a la tele mirando algo de futbol...
    es increible la capacidad q tienen algunas mujeres en joder!!!

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  15. !Hola,Elvis!

    Mon ami,andeandas??
    Espero q todo vaya divino,a ver si asomas la carita.
    Muchos besitos,elvis.

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  16. Gracias a todos por los comentarios, en breve, seguiréis sufriendo mis escritos...
    Un abrazo a todos.

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Uy lo que han dicho...