29 de diciembre de 2011

Personaje a exámen.

Capítulo 13. Jesús de Nazaret. (Niño Jesús para los amigos)…




Nuestro personaje de hoy fue uno de los niños más famosos, por no decir el más famoso, de la historia de la humanidad. Y desde luego, lo que no se puede negar, es que fue quien a más temprana edad se hizo famoso, ya que la fama le llegó nada más nacer. Aún hoy me pregunto que habría pasado si hubiera nacido en la maternidad como Dios manda, en vez de nacer en un pesebre del portal de Belén, lo mismo habrían televisado su nacimiento… Resulta cuanto menos curioso, el hecho de que se le llamara “Jesús de Nazaret” en lugar de ser conocido como “Jesús de Belén”…

Para empezar, nació el día de Navidad, y aunque ha habido otros muchos niños nacidos en esa fecha, está claro que él fue el primero en hacerlo. Su nacimiento está envuelto en un halo de misterio, y aún se duda de quién fue su verdadero padre.

Paradójicamente, la Iglesia mantiene que fue obra del Espíritu Santo y no de su padre San José, lo cual, y según el propio concepto que tiene la Iglesia de los niños nacidos bajo esa premisa, le convierte en un hijo bastardo. Y eso también le convierte en el hijo bastardo más famoso de nuestra historia… El hecho de que al nacer se encontrara con un buey y su cornamenta a la derecha y su supuesto padre con su… enorme bastón a la izquierda, resulta bastante esclarecedor del papel asumido por San José.

Pero ese pequeño detalle acerca de su concepción no tiene demasiada importancia, porque, en realidad, era un niño adorable. Tanto que, aparte de ser adorado por sus padres, también era adorado por pastores, vecinos, demás lugareños… y tres reyes magos orientales, que atraídos por su enorme fama, acudieron raudos y veloces a… adorarle (aunque dudo que realmente fueran orientales porque no iban en bicicleta…), consiguiendo que el Portal de Belén pareciera una reunión de vecinos de cualquier portal… el día de Navidad.

En realidad, todas esas personas sabían ya que el niño en cuestión, iba a ser un superdotado y que se adelantaría a nuestros tiempos emulando a David Copperfield, haciendo surgir de la nada miles de peces y panes con sólo chasquear los dedos… Un truco que superó cuando se puso a caminar por encima de la superficie del agua, sin aletas ni nada, delante de un asombrado público…

Hizo muchas otras cosas más, como morir crucificado y resucitar al tercer día (según las escrituras), pero ya era mayorcito y, además, eso es otra historia…



Pd.: Sea quien sea quien haya sido, gracias por el voto que me ha dado en los Premios 20 Blogs (no habría soportado terminar con un "0")...



12 de diciembre de 2011

Un paseo por las nubes...

El día 6 de Diciembre fue el día de la Constitución española. Bueno, nada importante.

Pero resulta que también fue el día en que cuatro valientes, confundieron valentía con insensatez… y se convirtieron en insensatos. De los pies a la cabeza. De hecho, su insensatez la sufrieron más sus pies que sus cabezas.

Levantarse a las 6:30 de la mañana, desayunar, hacerse un bocadillo, vestirse para la ocasión, cargarse una mochila con el avituallamiento pertinente, ponerse unas botas de tres kilos cada una (más o menos, que no sé calcular bien), e irse a la montaña a caminar entre las piedras. Siempre había pensado que ese ritual era sinónimo de estar mal de la cabeza. Ahora bien, después de participar de dicho ritual… me ratifico totalmente.

Los cuatro insensatos, decidieron que no estaría mal hacer una “pequeña travesía” por el monte, un pequeño paseíto campestre, siete kilómetros de nada. Uno, que todo hay que decirlo, es un pelín iluso, pensó “¿nada más?...”. Y se convirtió en valiente accediendo a dar el paseíto..., para posteriormente darse cuenta de que, en realidad, se había convertido en insensato. Me dirán que no es tan larga la caminata, pero cuando esos siete kilómetros tienen una pendiente media del ventitantos por cien, se convierten en el triple…, y “solo” tardamos en recorrerlos unas tres horas… Sudé nicotina suficiente como para abastecer a Tabacalera durante un par de meses…

¡A Dios pongo por testigo que nunca me volveré a reír de los que se llevan bebidas isotónicas o barritas energéticas cuando van de marcha!… Si no fuera por el avituallamiento seguramente aún seguiría por allí sentado…

Debo reconocer, que la caminata me hizo alternar momentos sufridos con momentos idílicos… y con momentos más sufridos aún. Sufridos porque resulta que uno es bastante sedentario, por no decir totalmente sedentario, lo que propició que la escalada se asemejara bastante a subir el Tourmalet la primera vez que uno anda en bicicleta… Y se convertía en ocasiones a idílico, porque el paisaje que uno se encontraba a medida que iba ascendiendo era digno de pasar por aquel sufrimiento para verlo.








Y además aprendí bastantes cosas por el camino. Aprendí que mis botas eran, efectivamente, totalmente impermeables…, no me pregunten por qué. También aprendí, o mejor dicho, comprendí porqué mis hijos siempre me preguntan desde el asiento de atrás: “¿falta mucho para llegar?”…

Cuando recorrimos esos siete Kilómetros de ascenso, me encontré con la sorpresa de que restaban otros dos, llanos eso si, pero cada uno de esos dos kilómetros estaba compuesto aproximadamente por unos mil metros más que recorrer… Al final me sentí como Heidi y Pedro corriendo por las montañas… pero sin correr.

El descenso fue otra historia, los pies andaban solos, y los nueve kilómetros se convirtieron en seis más o menos, por obra y gracia de “las cabezas pensantes” de la travesía, que decidieron en otro acto de valentía, que también se convirtió en insensatez, que el camino de cabras zigzagueante por el que habíamos ascendido, se podía bajar en línea recta atravesando árboles y demás naturaleza… En ese momento, mezclado con el silencio de la montaña, sólo se oía el eco de una voz. Una voz que gritaba: “!!Cuando lleguemos abajo recordadme que os mate…ate…ate…!!”… Por supuesto mis amenazas les importaron una mierda…

Pero lo más importante que aprendí, es que a algunos lugares sólo se puede acceder a pié. Hacerlo de otra manera le haría perder toda su belleza…





7 de diciembre de 2011

Belleza.

La belleza no tiene precio. La estupidez tampoco.

Curiosamente, en algunas ocasiones, ambas van de la mano, alcanzando su máxima expresión cuando son expuestas a una demostración pública. Y además, está científicamente demostrado, que este hecho no tiene nada que ver con la localización geográfica en la que esa unión se haga efectiva, porque es algo que se ha manifestado, y sigue manifestándose continuamente, en cualquier parte del mundo.

Seguramente, a estas alturas, se estará preguntando de qué coño estoy hablando. Le entiendo perfectamente… El caso es que esas manifestaciones, suelen presenciarse con bastante frecuencia, en esas reuniones tan frívolas que son los concursos de belleza.

No tengo nada en contra de esos concursos, no me malinterprete. O malinterpréteme si quiere, pero el caso es que dichos concursos me satisfacen, me agradan, me estimulan…, vamos, que no me parece mal que las señoritas en cuestión manifiesten su belleza de una manera tan pública.

Han nacido físicamente agraciadas, se sienten orgullosas de ello y existen certámenes en los que pueden ganar un premio gracias a sus aptitudes, o mejor dicho, gracias a sus cualidades. Si lo piensa usted bien, no es diferente a cualquier otro concurso en el que los participantes exploten cualquier otra de sus aptitudes o facultades. A fin de cuentas, la belleza no es cuantitativa, no se aprende, por lo que es más difícil de medir, con lo cual, el mérito de tener belleza debería ser mayor, y exceptuando aquellos que se apunten al bisturí, o se tiene, o no se tiene…

Sin embargo, quienes se llevan el honor de ganar un concurso de este tipo, suelen ser menospreciados públicamente, al verse obligados a manifestar alguna otra aptitud o cualidad, como la estupidez, por culpa de la gracia de algunos presentadores puestos frente a la pantalla por los organizadores, que se empeñan concienzudamente en que ambas aptitudes se manifiesten conjuntamente.

Y yo pregunto: ¿Por qué?... Si una señorita ha ganado un premio simplemente por su belleza, ¿por qué se empeñan los presentadores en demostrar que no son inteligentes?... ¿Por qué las preguntan en la entrevista preguntas tan difíciles para ellas? Que las pregunten con qué se pintan las uñas, o qué tipo de comida come. O ya puestos, que las pregunten dónde compran la lencería…, si es que la usan.

No veo yo que al premio Nobel de Física le menosprecien llamándole feo, o le pregunten qué tipo de ropa interior usa… Además es de suponer, que un/a premio Nobel de Física tendrá demasiadas cosas en la cabeza como para pensar en presentarse a un concurso de este tipo, por mucha belleza que tenga encima.

¿Acaso le preguntan al ganador/a del festival de Eurovisión en qué continente está el Amazonas? No, le tratan como a un fenómeno de la naturaleza sólo porque sabe cantar…, y se limitan a darle su premio. En cambio a estas señoritas, se las trata como a estúpidas y se las intenta desprestigiar desde el mismo momento en que las declaran ganadoras…

Así que desde aquí, pido respeto al colectivo de mises, y ruego que dejemos que estas pobres muchachas luzcan sus encantos con orgullo y demuestren para qué han nacido… sin examinarlas de nada más. Ellas sólo se han presentado a un concurso de belleza, y además… de tenerlas a medio metro, a ninguno se nos ocurriría preguntarlas nada trascendente, sobre todo porque no seríamos capaces de pensar en nada…



Pd.: Ahora bien, si quiere reírse a placer y a lo bestia, no se pierda este post sobre el tema en cuestión del amigo Juan Carlos, se lo recomiendo encarecidamente.



4 de diciembre de 2011

Duda existencial.

Todos tenemos alguna duda existencial de vez en cuando.

Pero no se preocupe. Sea cual sea esa duda existencial, es seguro que en algún lugar del planeta, habrá alguna universidad estudiándolo. No, a usted no (salvo que sea una persona digna de estudio, en ese caso es más que probable que lo estudien…), si no al tema que le hace dudar… Y además, existe un amplio porcentaje de probabilidades, de que esa universidad esté ubicada en U.S.A. Puede que sea en Ohio, en Wisconsin o en Nevada, da igual. Los americanos tienen mucha inquietud por estudiarlo todo… o mucho tiempo libre, vaya usted a saber.

Una de sus últimas inquietudes, más concretamente las inquietudes de un grupo de alumnos de la universidad de Ohio, es resolver la siguiente duda existencial: “¿Cuántas veces al día pensamos los humanos en el sexo?”….

Impulsados por tan importante enigma, hicieron una encuesta. No se me descentre, no importa si piensa en sexo oral, sexo convencional, o simplemente… sexo a cuatro patas. Tampoco importa si piensa en sexo con su pareja, con la vecina o con Megan Fox. Lo importante es cuántas veces. No, no me refiero a cuantas veces lo haría con Megan Fox, si no cuántas veces piensa en el sexo.

Es evidente que dichos alumnos, piensan en ello lo suficiente como para planteárselo y, aparte de que parece que no tienen nada mejor en lo que pensar (yo tampoco, créame), los resultados de la encuesta son bastante increíbles. Parece ser que los hombres pensamos en el sexo 19 veces al día, mientras que las mujeres sólo 11… Según estos resultados, lejos de llegar a aclarar dicha duda, a mí se me plantean otra serie de dudas colaterales:

La primera duda que me surge, es que, o bien los americanos son unos reprimidos (porque la encuesta lógicamente se hizo en su propio país), o bien tienen una doble moralidad y nos ocultan la verdad. Es posible que entre los encuestados no estuviera la persona que creó “Los vigilantes de la playa”, ni el artífice de “Playboy”, pero no hace falta llegar a ese extremo para pensar más veces en el sexo al día…

La segunda duda que se me plantea, es que, o bien las mujeres americanas están menos necesitadas de sexo que los americanos (y por eso piensan menos en ello), o bien tienen cosas mejores en las que pensar, como por ejemplo, estudiar ingeniería o cualquier otra cosa que se le parezca…

Y por último, ¿qué edades tenían los encuestados?... O bien eran niños y niñas de entre 3 y 10 años,… o bien eran abueletes de 90 para arriba…, los primeros porque no saben lo que es el sexo y los segundos porque ya no recuerdan lo que es.



Dudo mucho que los que no están incluidos en esas dos edades piensen tan pocas veces en el sexo al día, cuando lo realmente difícil es no pensar en ello y que no se nos vaya el santo al muslo, con tanta publicidad insinuante y tanta materia prima andando por la calle.



Pd.: Nuevo mes… nueva chica del mes.