26 de septiembre de 2011

Animalitos.

Capítulo 10. El Loro.



Nuestro animalito de hoy es, además de peculiar, multicolor (sí, como el país de la abeja Maya), y su color dependerá del color de sus plumas… Puede ser de cualquier color… menos negro. Debe ser que nunca se ponen de luto…

Pertenece a la familia de las aves, por que vuela (cuando quiere, cuando no quiere está con las patas en el suelo, en un árbol… o en el hombro de algún pirata), y también pertenece a la familia de los contertulios de “Sálvame”, porque no calla…

Su pico, curvado hacia abajo, muestra claramente el afán de sus dueños por callarlos, intentando cerrarle el pico a la fuerza, aunque éstos han sabido adaptarse a tal contratiempo y son capaces de hablar incluso con la boca llena. Al igual que sucede con los niños, hay que tener mucho cuidado con lo que se dice delante de ellos, porque nos pueden poner fácilmente en un apuro cuando menos lo esperemos. Si usted tiene un loro en casa, le recomiendo que no hable mal de su suegra delante de él. Quiero decir delante del loro, no de su suegro, porque seguramente lo repetirá… el loro. Su suegro también dándole la razón.

Todo ello propició, que quien tuviera un loro, debiera “estarse al loro”. Y era éste un dicho, que tomaba sentido cada vez que dos personas mantenían una conversación delante de un loro. Quien se percataba de ello, avisaba al otro diciendo: “estate al loro, que este todo lo casca…”.

Es, por lo tanto, una de las pocas especies animales que tiene la propiedad de hablar. Pero a pesar de ello, curiosamente, y por mucho que usted se empeñe, un loro nunca pensará lo que dice, ni dirá lo que piensa, lo que le convierte también en una de las pocas especies animales hipócritas, porque se limitará a decir lo que usted le diga, que además es lo que usted quiere oír. O lo que su dueño quiere oír, porque seguramente usted no tenga un loro en casa.

Entre otras importantes virtudes, los loros sirvieron de inspiración a un tal Valdemar Poulsen, que tras escuchar varias veces como el loro del vecino insultaba repetidamente al cartero (el loro que tenía su vecino, no que su vecino fuera un loro ni hablara como un loro…), se le ocurrió la genial idea de inventar (que por eso era inventor), un aparato que repitiera mensajes grabados con anterioridad en su interior (en el interior del aparato, no en el interior de cada uno…). Y fue así como nació un aparato llamado “Telegráfono”, que después se modernizó y pasó a llamarse “Magnetófono”… o como quiera llamar a cualquier grabadora de sonidos…

Podría contaros muchas más cosas sobre los loros, pero eso… que lo hagan los de National Geographic…



24 de septiembre de 2011

Increíble pero cierto.

Parece ser que hay mucha gente interesada en que no haga el ridículo. O mucha gente interesada en ver una foto mía en paños menores. Eso es lo que deduzco del primer parcial en las votaciones en los premios Bitácoras 2011 en la categoría Mejor Blog de Humor, según la cual, éste blog ocupa el honorable puesto 27.


Cómo, ¿no se lo cree?... Pues mire la foto mire... o pinche aquí, como quiera....


No, no es un montaje, no tengo tanta habilidad para ello. Así que sigan votando... pero no rompan el suelo, que me ha costado una pasta gansa el parqué...



22 de septiembre de 2011

Sanciones II.

Continuación de esto.




O sea, más actos sancionables (si los llevamos a cabo mientras conducimos)(un coche)(o un autobús)(bueno, vale, o un camión…).


-Hablar por el móvil. Si usted habla por el móvil mientras conduce, o mejor dicho, si le pillan hablando por el móvil mientras conduce, será sancionado con 300 Euros (trescientos), siempre y cuando su conversación no sea importante. La importancia de la conversación será estimada por el agente que le haya pillado (más le vale que le pille un agente tipo Jorge Javier o Belén Esteban…). También quedará excluido de pagar la multa si presenta un justificante médico que le permita hablar por el móvil en cualquier circunstancia.

-Recoger a una autoestopista maciza/o. Si usted detiene su vehículo voluntariamente para recoger a un/a autoestopista que utiliza su cuerpo como reclamo, y está buena/o (o sea, siempre porque si no está buena/o para qué coño iba a parar…), será sancionado con 200 Euros (doscientos) por acoso sexual (porque se le ven las intenciones, si no para qué iba a recogerla/le…) Si la mujer/hombre es fea/o, será sancionado igualmente… por si acaso.

-Introducir un dedo en cualquier orificio de su cuerpo. Si durante el periodo de conducción se introduce alguno de sus veinte dedos en algún orificio de su cuerpo, o los que tenga si es que no los tiene todos, será sancionado con 150 Euros (ciento cincuenta, para los que sean de letras). Y si además, a continuación lo introduce en un segundo agujero, se le sancionará con otros 50 Euros (cincuenta), independientemente del orden en que lo haga (nariz-culo, culo-boca, nariz-nariz, e incluso boca-culo-nariz o, si es mujer, el más común vagina-boca-culo-nariz).

-Comer alimentos sólidos. Si usted come mientras conduce (sean cosas comestibles o no), será sancionado por una cantidad que oscilará entre los 50 Euros (cincuenta) y los 1.500 Euros (mil quinientos), en virtud del tipo de comestible que esté comiendo, lógicamente no es lo mismo comer unos frutos secos, que un chuletón o un bacalao al pil pil… La sanción máxima (1.500 Euros) corresponde a la ingesta de carne humana, y en dicha cantidad va incluido el canon por canibalismo…

-Jugar al escondite con los niños. Si usted juega al escondite con los niños mientras conduce, hágalo escondido, porque si le pillan será sancionado con un tiempo variable de sesiones ininterrumpidas del programa televisivo, o lo que quiera que sea: “Sálvame”. El periodo de tiempo de sesiones será a determinar, y variará en función de lo que tarde el agente en encontrarle. Le recomiendo que no se esconda en la guantera, es el primer lugar en el que miran…




Cualquiera de estas sanciones que le sean impuestas, podrá ser recurrida en la jefatura de tráfico, siempre y cuando sea capaz de aportar las pruebas que le exculpen de la infracción que se le impute (cosa bastante difícil, sobre todo si está escondido). Si allí no le hacen caso, siempre le queda la opción de recurrir mediante entrevista en el programa “Gente”…( y además podrá presumir con los vecinos de haber salido por la tele…).



16 de septiembre de 2011

Sentido del ridículo.

Quienes me conocen única y exclusivamente como consecuencia de mis andaduras por la blogosfera, pueden llegar a intuir que soy una persona que se pone en ridículo con bastante facilidad y frecuencia. Sin embargo, quienes me conocen personalmente, pueden dar total fe de ello…

Digamos que, aparte de no tener un sexto sentido, tampoco tengo sentido del ridículo. Bueno, para ser justos debo añadir que, según para qué cosas, tampoco tengo sentido del gusto, pero eso no tiene importancia para lo que nos ocupa.

A quienes sólo me conocen cibernéticamente hablando (¿eso ha sonado mal? o me lo parece a mí…), voy a darles la oportunidad, de que confirmen sin moverse de sus domicilios, mi total y absoluta falta de sentido del ridículo participando en los premios Bitácoras 2011… (es lo que tiene tomar decisiones un día de resaca…).

Y tan seguro estoy de que rozaré un completo ridículo, que en caso de quedar entre los 500 primeros clasificados… estoy dispuesto a colocar en éste espacio una foto mía en paños menores. Es lo único que puedo ofrecerles para que me voten, ya se me terminaron los mecheros y los bolígrafos… y el presupuesto no da para más.

Pero no se me asusten. Para participar no tengo que hacer piruetas ni nada peligroso, basta con seguir haciendo lo que he hecho hasta ahora: escribir tonterías. Lo demás corre de su cuenta, es decir, votar por un servidor si lo cree conveniente.

Para ello, puede pinchar en el cuadrado con el logotipo “Premios Bitácoras 2011” que aparece en la parte superior derecha de ésta página y, después de que ese link le vuelva loco haciéndole navegar de una página a otra para identificarse como usuario, ejercer su derecho al voto. Es así de sencillo…


Votar en los Premios Bitacoras.com


Cualquier voto y/o intención de voto (porque no todo el mundo consigue votar), será motivo de agradecimiento eterno por parte de quien esto escribe… y su descendencia (si no lo hacen por mí, háganlo por mi descendencia, ellos no tienen porqué soportar tal ridículo…).


12 de septiembre de 2011

Sanciones.

Hay ocasiones en las que uno no tiene ganas de hablar. Otras, sin embargo, sí que tenemos ganas de hablar pero no se nos ocurre absolutamente nada que decir… Claro que muchas otras veces, las más numerosas, uno se pone a hablar sin ni siquiera saber lo que está diciendo. Lo que vulgarmente se denomina “hablar por hablar”… Bueno, ese no es mi caso…, salvo que me pierda y termine hablando de cualquier cosa, como por ejemplo de la devaluación del precio del plátano de Canarias en tiempo de revolución… francesa.

Y claro, al final nadie me hace caso. Pero deberían todos ustedes saber, si es que no lo saben ya, en cuyo caso no hace falta que continúen leyendo, que la Dirección General de Tráfico, o sea la DGT, apoyada por el gobierno de…(dejémoslo en que por un gobierno), ha decidido establecer un nuevo tipo de sanción con el noble objetivo de mejorar la seguridad vial (si usted piensa que el único objetivo es recaudatorio… es su problema).

Estas son las acciones que (en caso de realizarse mientras se conduce, por supuesto), serán motivo de sanción a partir de ya:

-Tocar y/o amasar un pecho del copiloto. Soltar una mano del volante en dirección al pecho de su acompañante será motivo de sanción de 100 Euros (cien) (más o menos lo que costaría dicha acción en el mercado… de lujo). Si toca los dos pechos, la sanción sería del doble (a lo que habría que sumar el arreglo del coche), ya que debería de soltar las dos manos para llevar a cabo tal acción… (eso… o qué pedazo mano tiene usted…). Si su acompañante es un varón, no supondrá motivo de sanción…, bastante desgracia tiene usted con buscar pechos donde no los hay…

-Tocar el muslo y/o entrepierna del copiloto. Soltar una mano del volante en dirección al muslo y/o entrepierna del copiloto será motivo de sanción de 150 Euros (ciento cincuenta). Tocar los dos muslos a la vez no está tipificado como motivo sancionable, más que nada porque de un muslo no se pasa al otro muslo, si no que el GPS indica dirección norte… Si el copiloto es hombre no habrá sanción alguna, ya que siempre puede alegar que estaba buscando la palanca de cambio… o el freno de mano (eso dependerá de la erección del momento…).

-Desnudarse mientras conduce. Desprenderse de la camisa/eta, bajarse los pantalones, faldas o cualquier otra prenda que cubra su anatomía mientras conduce, será motivo de sanción de 200 Euros (doscientos). Para evitar dicha sanción deberá demostrar que su vehículo dispone del equipamiento necesario para no tener que pisar los pedales, como por ejemplo regulador de velocidad o piloto automático. O ambas cosas. Por el contrario si además de bajarse los pantalones, saca el trasero por la ventanilla, será sancionado con 250 Euros (doscientos cincuenta) si no está depilado. O sea, que vaya preparando la cartera o la maquinilla de afeitar, lo que prefiera…

-Distraer al que conduce. El copiloto también podrá ser sancionado si no es capaz de mantener la compostura durante el transcurso del trayecto, y distrae al conductor con diferentes maniobras (con o sin volante), bien sea hablando, o sea maniobras orales, o bien con maniobras manuales… o gesticulares… o, porqué no… testiculares o genitales. La sanción será de 300 Euros (trescientos) a lo que hay que añadir la obligación de pasar la noche en el primer motel de carretera que se encuentren… para que se desfoguen en condiciones y se les quiten las ganas de hacer tonterías, todo ello en presencia de la benemérita, para que ésta pueda dar fe de que se cumple rigurosamente la sanción…

En fin. Estas no son las únicas medidas que adoptará la DGT, pero sí son las aprobadas a fecha de hoy. Les mantendré informados de futuras novedades…





7 de septiembre de 2011

Personaje a exámen.

Capítulo 12. Adolf Hitler.




Nuestro personaje de hoy, además de ser bajito tenía bigote (o mejor dicho, un trozo de bigote, porque el desarrollo no le dio para más)…cuando llegó a ser adulto. De joven era aún más bajito. Y aún así creía ciegamente que pertenecía a una raza superior. En realidad fue un claro ejemplo de autoestima infinita y si hiciéramos una clasificación histórica de personajes basada en la prepotencia de los mismos, se llevaría el triunfo con varios cuerpos de ventaja. En realidad muchos cuerpos, porque dichos cuerpos eran bajitos…

A pesar de llegar a convertirse en el alemán más odiado, seguido muy de cerca por Oliver Khan y Stephan Effemberg, ni siquiera era alemán. Era austriaco, pero se fue al país vecino para mancillar la historia del pueblo alemán y dejar impoluta la de sus compatriotas. Hasta que Hitler no cruzó la frontera, los alemanes incluso hablaban sin que pareciera que estuvieran enfadados, pero fue llegar el bajito con bigote y… ¡hala!, todos de mala hostia…

No se sabe aún si era descendiente directo de Julio César (el romano), o si era sólo un pariente lejano, lo que sí que está claro es que heredó de él dos malas costumbres, o mejor dicho, obsesiones: eliminar judíos e invadir el mundo. Afortunadamente, y al igual que Julio César (el romano), no consiguió llevar a cabo ninguna de las dos (imagínense lo triste que sería que todos tuviéramos que hablar en alemán, como si estuviéramos todos enfadados…).

Su infancia se vio salpicada de malos tratos, y quizás por eso no creció más… su cerebro. Dichos malos tratos consistían en la terrorífica tortura de seguir una dieta alimenticia anómala: sus padres le obligaban día sí y día también a ingerir un único plato tres veces al día: Judías. Y además le obligaban a comerlo sentado en la bañera… Sus allegados sostienen que ese es el motivo de su obsesión por llevar a todas las Judías que encontrara a las duchas. Y ya puestos también a los Judíos, pero afortunadamente no les encontró a todos. Ni a todas.

Al igual que su pariente Julio César (el romano), fue víctima de alguna que otra rebelión de sus subordinados. No se sabe si dichas rebeliones surgieron como producto de un ataque de cordura, o si nacieron de un hambre de poder e intento de ocupar el puesto del bajito con bigote, porque todos ellos eran también bastante prepotentes, por decirlo de una manera fina, pero lo que sí es cierto es que todas fracasaron, más por incompetencia de los rebelados que por habilidades del bajito…

Aún así y todo, y según dicen (aunque creo que no está demostrado), hay que reconocerle al hombre su buena fe al quitarse de en medio vía suicidio… Esperamos que no surja ningún otro descendiente con las mismas obsesiones…

Os podría contar más cosas sobre Hitler, pero eso… es otra historia…



2 de septiembre de 2011

La importancia.

La importancia de llamarse Anacleto.

Posiblemente para usted, llamarse Anacleto carezca de importancia. Para usted y para cualquiera… salvo para Anacleto. Pregúntele y ya verá como para él es una cuestión de suma importancia. Más que nada porque se llama Anacleto, si se llamara Rigoberto tampoco le daría ninguna importancia a llamarse Anacleto. Salvo que tuviera un nombre compuesto y se llamara Rigoberto Anacleto, pero eso ya sería un caso demasiado singular y ahí sí que nadie le daría la más mínima importancia… salvo Rigoberto Anacleto…

Que nadie se ofenda, sólo es un ejemplo (podría haber puesto de ejemplo Bartolo, o Cuasimodo y el resultado habría sido el mismo, es decir, un ejemplo…). Y además es un claro ejemplo de lo relativa que es la importancia de algunas cosas. Lo que para unos carece completamente de importancia, para otros si que la tiene, hasta el punto de que dicha importancia marca su existencia (por mucho que a uno no le importe, llamarse Anacleto le deja a uno marcado. Y Rigoberto Anacleto ya ni digamos…).

Pero una de las cosas a las que le deberíamos de dar importancia, y por lo que se ve no se la damos como se merece, es a la manera correcta de decir las cosas. Hay muchas frases y expresiones que utilizamos sin ni siquiera pararnos a pensar lo que significan. Si lo hiciéramos (el pensar lo que significa, no se me despiste…), posiblemente variaríamos las palabras pronunciadas. O al menos lo intentaríamos.


Por ejemplo: cuántas veces le hemos preguntado a alguien “¿Cómo te llamas?”, cuando es evidente que nadie se llama a sí mismo, si no que son los demás quienes le llaman. Y no sólo eso, si no que además el interrogado responde sin más “me llamo… Anacleto” (sigue siendo un ejemplo…). Lo correcto sería preguntar: “¿Cuál es tu nombre?”. Y el interrogado debería responder: “Mi nombre es… Anacleto”. Podrían cuestionarme tal afirmación y decirme que también se podría preguntar: “¿Cómo te llaman?”, pero no, porque si pregunta eso, el interrogado podría responder: “Me llaman… gilipollas” (sigue siendo un ejemplo, no quiero decir que Anacleto sea gilipollas… aunque es posible que lo sea, vaya usted a saber…).

Otro ejemplo muy significativo de cómo no se debe hablar, lo tenemos en la más que habitual pregunta “¿Cuántos años cumples?” (si es que es el día de su cumpleaños, si no nadie se lo va a preguntar…). Normalmente respondemos “42” (o 43, todo dependerá del año en que haya nacido usted), cuando la respuesta correcta debería de ser 1, porque es evidente que los demás ya los había cumplido en años anteriores, porque nadie cumple 42 años el mismo día. Ni siquiera Anacleto… Lo correcto sería preguntar “¿Cuántos años tienes?”. Aunque eso se lo podrían preguntar cualquier día del año, no necesariamente el día de su cumpleaños, o mejor dicho cumpleaño, y además ahora que lo pienso, los míos yo los he debido de perder, o no se donde los tengo… Los habrá escondido mi mujer, que todo lo guarda… Bueno, lo mejor es que usted no pregunte, no vaya a ser que le llamen cotilla.

Tampoco está bien dicha la frase “el chocolate engorda”. No, mire usted, por mucho que se empeñe, se lo coma o no, el chocolate va a seguir abultando lo mismo. Quien engorda es quien se lo come. Y yo aún diría más, una vez comido, es más que probable que el chocolate disminuya de tamaño, o cuanto menos, que se divida en trozos más pequeños, así que como ve, es una afirmación completamente errónea…

Lo que sí tiene verdadera importancia, yo diría que mucha, es que ya hemos empezado un nuevo mes y… hay nueva chica del mes…