24 de agosto de 2011

Vacaciones. I

Las vacaciones son divertidas.

Así, sin más… Y lo son mucho más aún, si uno es capaz de reírse de todo aquello que le acontezca, por mucho que parezca que los dioses se han puesto de acuerdo para echárselas a perder…

Viaje Santander- Madrid. Cuatro horitas de nada, incluida una pequeña paradita a mitad de camino en Valladolid. Haga un esfuerzo e imagínese la siguiente situación (si es que no la ha vivido ya). Como tiene usted un coche de siete plazas, llénelo de cuantas unidades humanas le sea posible. Como una plaza es para usted, el conductor, tan sólo entrarán otras seis unidades. Vale, hasta aquí todo es normal.

Cuatro de esas seis unidades son menores de 15 años, por lo que podríamos pensar que no es mala idea el dotar al vehículo de dos pantallas de DVD portátiles a las que añadiremos un buen surtido de películas infantiles (tenga en cuenta que los menores no se entretienen con el paisaje tanto como los adultos, o al menos no durante cuatro horas…). Pues nos equivocamos… Porque llevar un buen surtido de películas provocará una acalorada discusión acerca de la elección de la película a visionar, en la que participaran todos los menores presentes en el vehículo. Discusión que seguramente durará casi hasta Valladolid…, justo cuando hacemos la parada de rigor para vaciar la vejiga… y para echar el cigarrito de turno. Así que ríase con ganas, porque la buena noticia es que no habrá tiempo para visionar una segunda película, con lo que nos hemos ahorrado una segunda discusión.

Pero imagínese que al llegar a Madrid, justo cuando empezamos a callejear… deja de funcionar el aparato ese que antes llamaba GPS, pero que ahora llama Ton Ton…, por que ese no es como su desodorante, si no que le abandona en el peor momento. De todas formas sonríe porque acaba de conocer una estatua que nunca antes había visto, a pesar de haber estado varias veces en dicha ciudad y haberla recorrido de cabo a rabo otras tantas… Y gracias a ello sale del paso. Y también gracias a que se da de morros con una indicación que dice: “Fuenlabrada”, su verdadero lugar de destino…

Pero a diferencia de Madrid capital, en Fuenlabrada uno no ha estado las suficientes veces para conocerlo. Tan sólo ha estado una vez el año pasado, y claro, parecía tan pequeño, que uno cree que tan sólo circulando un poco por las calles, encontraría rápidamente el hotel…

Error. Pronto se dará cuenta de que dicha localidad no es tan pequeña como pensaba, y tras cansarse de circular perdidamente durante media hora, pasando una y otra vez por las mismas calles, terminará preguntando a un viandante que seguramente le dirá un escueto: “siga recto unos trescientos metros, gire a la derecha y después a la izquierda…”. Llegará felizmente al hotel donde pensará: “mañana será otro día…”

Y efectivamente, cuando llega mañana se da cuenta de que es otro día… sin GPS.

Y seguramente volverá a perderse camino del Parque Warner. Porque lo único que sabe de dicho parque es que se encuentra situado entre Pinto y Valdemoro. Así que no pregunta a nadie, porque no cree que encontrar el camino le suponga ninguna dificultad. Pero de camino se da cuenta de que no sabe si Pinto está a la derecha y Valdemoro a la izquierda… o viceversa. Así que termina conociendo Pinto, lo atraviesa y cuando llega a Parla se da cuenta de que… se ha vuelto a perder, así que da media vuelta y vuelve a la misma carretera pero en sentido inverso. Ahora sólo tiene que desplazarse unos cuantos kilómetros para hacer un cambio de sentido… Y cuando llega el cambio de sentido… se da cuenta de que si hubiera seguido esa misma carretera sin tomar ninguna salid habría llegado al Parque Warner… porque la carretera muere en el Parque Warner…

En el Parque todo es más fácil. Allí uno sólo se pierde si va a buscar una cerveza y no se fija por dónde ha llegado hasta el chiringuito… pero tranquilo, tras cuatro o cinco vueltas al parque volverá a encontrarse con su comitiva… si es que esta no se ha movido del sitio…

Llegada la noche, una vez salga del parque, no se confíe, a pesar de tener que hacer el mismo camino pero a la inversa, volverá a perderse, porque aunque lo parezca, hacer el mismo camino pero a la inversa… no es el mismo camino que hizo por la mañana. Y además… es de noche…





Continuará…



11 comentarios:

  1. Ah...las vacaciones...que tema, ¿eh?
    Me preocupa su GPS-dependencia, ¿que clase de macho alfa es usted?

    P/D: No se si lo notó, pero Maldini también sufrió bastante con unas vacaciones muy entretenidas

    ResponderEliminar
  2. jajajajjajaja, me he visto en situaciones parecidas, en el momento me comen los demonios, pero luego me rio bastante recordando estas anécdotas.....

    ResponderEliminar
  3. Cuando yo era pequeña no había dvds y pasaba los viajes tan ricamente, haciendo playback con las canciones de la radio y mirándome en el retrovisor :)

    ResponderEliminar
  4. Esos aparatos han venido a complicar la vida de todos. Antes uno se perdía, sí, pero el hecho tenía otra dignidad. Y las discusiones de ruta no incluían personajes de Disney.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Jajajja...Lo mal que se pasa a veces,y lo que te llegas a reír luego cuando lo cuentas.
    Eso de continuara da intriga.

    ResponderEliminar
  6. Viejex, ¿GPS dependencia?... lo raro es que haya sobrevivido casi cuarenta años sin él... Aunque ya ve para qué me sirve...
    Ah! me tengo que poner al día, sobre todo tratándose del gran Maldini... No se preocupe, me hago nota mental.
    Abrazo.


    Meg, claro, es lo bueno, saber reírse de todas esas situaciones en las que nos envolvemos...
    Besos.


    Doctora, claro, si yo fuera guapo a lo mejor no me importaría mirarme en el espejo jajaja, pero mejor miro el paisaje...
    Nos tienes a todos espectantes...
    Besos.


    Yoni, diga que si, estoy con usted, porque además perderse en un viaje tenía grandes dosis de romanticismo...
    Abrazo.


    Trini, no te preocupes, enseguida saldrás de la intriga...
    Besos.

    ResponderEliminar
  7. Uffffffffffff ¡¡¡que familiar me resulta todo, Elvis¡¡¡ Y lo peor es que yo vivo en el foro, que al menos vosotros teneis la excusa de que sois forasteros.... :S:S:S
    Yo ya no puedo vivir sin "Conchita" (nuestro GPS). Cuando le da por no hablarnos - le dan esos cuquis - me pongo de los nervios.... Es ya imprescindible en nuestro viajes....

    Espero la segunda entrega :D

    Un beso

    ResponderEliminar
  8. Si decir que todo tiempo pasado fue mejor es señal de estar envejeciendo, entonces ya me llegó la "sejuela".

    Pero definitivamente los viajes de antes los disfrutábamos más... Los juegos a cuántos coches de X color nos cruzábamos, al que más vacas o caballos viera y el hecho de disfrutar del viaje en si mismo era una gozada.
    No importaba si nos perdíamos, porque el camino equivocado nos permitía descubrir otros paraísos escondidos que de no haber sido así no los habríamos conocido. En fin, la vida era más simple y la disfrutábamos más.

    Yo aquí no conduzco, así que el marrón de llevarme a mi destino se lo dejo al dueño del coche jejejeje

    Besos mágicos y buen inicio de semana

    ResponderEliminar
  9. Me he mareado y todo... ¿tiene ud. una biodramina? ;)

    Besitos!

    ResponderEliminar
  10. Enfin yo podría haber escrito este post hace un año allá por el 17 de mayo que fuimos a la Warner entre Pinto y Baldemoro...
    Y esta agosto más o menos lo mismo...
    Un beso Master.

    ResponderEliminar
  11. Novicia, si es que no me extraña..., está todo lleno de calles pacá y calles pallá...
    Tú lo has dicho, menos mal que no vivo allí jajajaja
    Besos.


    Annie, así es, se ha perdido una gran parte del romanticismo que encerraba un viaje. Demasiada multimedia...
    Besos.


    Blogboreta, pues no..., pero si te vale un termalgim de esos... y si no puedes vomitar, verás como se te pasa...
    Besos.


    Kamikaze, no veas qué alivio..., pensé que era el único que se perdía...
    Besos.

    ResponderEliminar

Uy lo que han dicho...