11 de enero de 2010

Animalitos...

Capítulo 4. El Chimpancé.

Nuestro protagonista de hoy, pasa por ser uno de los animales más simpáticos del planeta, y eso sin ni siquiera tener capacidad para hablar.

Conocido más comúnmente con el sobrenombre de Mono, y echándole tan sólo un ligero vistazo a su aspecto, nos crea el serio conflicto, a modo de interrogante, sobre el porqué utilizamos la palabra “mono/a” como sinónimo de “bonito” y la utilizamos por tanto, para definir a algunas cosas que “teóricamente” nos gustan. Sí, es algo difícil de entender….
Se pasan el día entero haciendo monerías, y lo que nunca sabremos es qué fue antes, el mono o las monerías. Saber si se llaman monerías porque las hacen los monos, o si se les llama monos porque hacen monerías, se puede considerar como uno de los grandes misterios de la naturaleza…

Según los evolucionólogos, o como quiera que se llamen, encabezados por un tal Charles Darwin, este simpático animal, representa el origen de nuestro árbol genealógico (quizás sea el primero por ser un primate), lo cual no le deja en buen lugar. De hecho no le deja en ningún lugar porque nunca se está quieto. La única razón de que hayamos podido conocer a este singular animal, en su apariencia primitiva, y de que podamos, en algunos casos extremos, incluso convivir con ellos, ha sido la rotunda negativa de una gran parte de su especie, a convertirse en hombre y caminar a dos patas, lo cual es una prueba de ser una especie bastante inteligente.

Compulsivo comedor de bananas (lo cual me da que pensar que si se consume dicho fruto en demasía, deja en el organismo un alto contenido de estupefacientes), se pasa el día saltando y brincando de un árbol a otro como si fuera Nadia Comaneci. Aunque no lo parezca, tales maniobras entre ramaje no son nada fáciles de ejecutar y eso le convierte en uno de los animales con mayor agilidad y coordinación física del planeta, y si no que se lo pregunten a Tarzán, si al mismo que ni viste ni calza, a Tarzán de los monos (de quien ya hablaremos en el próximo capítulo de la sección “Personaje a examen”).

Algunos congéneres de esta especie, han pasado a la historia por sus incursiones en el mundo humano, o también porqué no decirlo, por las incursiones de los humanos en el mundo de los chimpancés. Entre los primeros destacó el chimpancé que respondía al nombre de Han, que pasó a la historia como el primer primate en realizar un vuelo espacial, aunque fuera un vuelo relativamente corto, ya que se dio media vuelta en cuanto descubrió que más allá de la atmósfera no había bananas. Y entre los segundos, destaca la archiconocida mona Chita, la inseparable compañera de Tarzán, que saltó a la fama por reírse de todas las tonterías que hacía éste colgado de las lianas dándose trompazos con todo árbol que se le ponía por delante.

Es un animal bastante promiscuo, sexualmente hablando, aunque dicen las malas lenguas que la práctica sexual que más le satisface es el onanismo, y es muy habitual verlos en cualquier zoológico matando sus ratos de aburrimiento dándole a la zambomba alegremente y sin ningún tipo de pudor, sobre todo los machos, a quienes las hembras nunca toman en serio por estar siempre haciendo… monerías.

Entre sus habilidades, podemos destacarle como uno de los pocos animales, que son capaces de utilizar sus pies como si fueran unas manos, utilizando cualquiera de las cuatro extremidades para cualquier cosa. Sí, ha leído bien, para cualquier cosa que le venga en gana. Por ello está considerado también como el pariente terrestre de los pulpos y calamares, aunque lo que suelten por su parte trasera no sea precisamente tinta negra… bueno, a veces sí que es negro, sobre todo cuando se excede con las bananas, pero nunca es tinta… salvo que se coma un pulpo o a un calamar, entonces pasa a ser caníbal.

Os podría contar muchas más cosas de los chimpancés, pero eso que lo hagan los de National Geographic…

2 comentarios:

  1. A pesar del escatológico final, una nota muy interesante. Me gustó su teoría de por qué están al principio del árbol genealógico del hombre.

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  2. Viejex, es que se puede aprender mucho de los animales estudiando sus excrementos..., no es este el caso, pero en algunos si...

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Uy lo que han dicho...