13 de octubre de 2008

Hogar, dulce hogar...

Todos sabemos lo que es un Hogar, así con mayúsculas. El Hogar que crearon nuestros padres, y donde nos hemos criado, junto a ellos y a nuestros hermanos. Después lo abandonamos para crear nuestro propio hogar, buscando una vivienda donde criar a nuestros hijos y hacer nuestra vida familiar.


Invertimos en ello, prácticamente todo lo que ganamos y todo nuestro tiempo. Y lo creamos de acuerdo a nuestros gustos y necesidades. En muchas ocasiones, lo que no podemos decidir, es el lugar donde se ubicará, ya que eso, normalmente, lo elige el constructor. La ubicación viene ya estipulada en el contrato, y es inamovible.

Son muy pocos quienes pueden elegir su dirección postal, y la mayoría, sobre todo por motivos financieros, tiene que acogerse a lo que su economía le permite. Bien sea una vivienda nueva, o bien de segunda mano, tienen que buscar aquella que se amolde a sus posibilidades, y en la mayoría de los casos, acaban viviendo un poco lejos de donde ellos desearían.


Pero después de haber hecho un gran esfuerzo por conseguir ese hogar, el esfuerzo de adecentarlo para vivir en el, en la mayoría de los casos sin lujos, pero si con todas las comodidades que nos son posibles conseguir, y después de luchar mes a mes con el enemigo llamado hipoteca, de la que no se salvan ni las mejores familias, oyes noticias lejanas de nuevas leyes, que te hacen pensar seriamente si todo ese esfuerzo ha merecido la pena.

Me estoy refiriendo a la ley…. caray¡¡¡ ni siquiera sé cómo se llama (Llamarme inculto si queréis, pero en realidad lo que pasa es que hoy estoy un poco vago para buscarlo en internet), hablo de esa ley que dice que te pueden tirar la casa y ponerte de patitas en la calle, simplemente, porque tu casa estropea el paisaje, porque está muy cerca de las olas, o por cualquier otra gilipollez que se les ocurra….

Lo peor de todo es, por lo que se ve, que las únicas viviendas que estropean el paisaje costero, son aquellas que pertenecen a gente humilde, gente obrera que lucha por llegar a fin de mes y que muchos de ellos no llegan siquiera a llamarse mileuristas… Pero seguirán en su sitio muchas casas de gente adinerada, y que ofenden a la vista, no porque estropeen el paisaje, si no por su ostentación y lujo…., en fin, me callo antes de que salga mi vena proletaria….

Después, supongo que darán una indemnización, si es que la dan, tan pequeña que no te servirá nada más que para hacer vida de caracol, es decir, comprarte una autocaravana, eso sí, pidiendo una nueva hipoteca, y rodando de parking en parking para dormir….

Sí, ya sé que el 95 por ciento de la población del país, vive a más de cien metros del mar…., pero ¿cómo podemos estar seguros de que no sacarán otras leyes igual de absurdas que sí que tengan entre sus prohibiciones algo que nos afecte?

Pensarlo bien, porque quizás dentro de unos años, sea nuestro hogar quien sea objeto de derrumbe sin que tengamos la posibilidad de decir ni ¡ay!.

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