10 de agosto de 2008

Dominguero a mucha honra...


Hoy es Domingo. Sí el día mundial de los Domingueros. Esos incansables seres que pueblan nuestro planeta, animando el ambiente campestre y playero de nuestra tierra. Yo, que soy uno más de dicha especie, no puedo evitar recordar, lo que fue para mí el descubrimiento de tales personajes. A mi mente vienen recuerdos, vividos hace treinta años, de cómo vivía entonces los famosos Domingos de los Domingueros. No ha cambiado mucho la manera de afrontar tal acontecimiento, pero si han cambiado los medios disponibles para vivirlo….

Hace treinta años, el medio de locomoción preferido por los Domingueros, y en la mayoría de los casos el único, era el autobús. O bueno, aquello que nos decían que era un autobús, que tardaba como poco media hora en cubrir 10 km., que asemejaba una lata de sardinas llena a reventar, con apretujones y pisotones, que soportábamos estoicamente, solamente porque íbamos a disfrutar de un día de playa….

Mi recuerdo, gira en torno a la caminata que debíamos pegarnos para llegar hasta la parada del autobús, cada uno de mis hermanos con sus bártulos playeros, y mis padres con las bolsas de las toallas, la nevera, las fiambreras con la comida, la sombrilla, los flotadores colgados del cuello…., alguno incluso con las gafas y el tubo de bucear puestas…., y ciento cincuenta metros de separación del primero al último durante el paseíto, porque claro, el más rápido tenía que intentar llegar lo antes posible a la cola…. Y eso sí que era una aventura. Aguantar en la cola hasta que te tocase el turno de subir al autobús, sin terminar deshidratado era todo un éxito. Aquello parecía la cola del paro en tiempos de crisis, y con suerte, podías coger sitio en el quinto autobús, y llegar a la playa a la hora de comer, eso después de estar media hora buscando un sitio donde acomodarse.

Y todo ello, para comer tortilla de patata rebozada en arena, porque el maldito viento te lo echaba todo encima del plato, te coloques como te coloques. La tortilla de los domingos en la playa, es especial, es la única tortilla que cruje cuando la masticas. Al igual que el Kas de naranja…. caliente, porque las neveras playeras, abultar, abultan, y pesar, pesan…., pero enfriar…..más bien poco.
Todo eso, para después, aguantar entre gritos de tus padres, tres horas sin bañarte, por aquello de la consabida digestión…., que yo siempre he pensado, que viene producido por el hecho de comer la comida mezclada con arena…, debe de ser que es dura de digerir. Después, en el agua, a volver a aguantar gritos de los Domingueros mayores, para que no nos metamos tan adentro, gritos que se producen aunque el agua te llegue por los tobillos…., creo que un Dominguero, no es buen Dominguero, si no pega esos gritos característicos a sus nenes.
Después al final de la jornada Dominguera, otra vez a la cola del autobús, pero esta vez, con el desánimo incluido de haber finalizado el dia mundial del Dominguero. Eso si, dando gracias por haber sobrevivido, y sabiendo que, dentro de 7 dïas volveríamos a tener la oportunidad de vivir una nueva aventura dominguera.

Hoy, me descubro a mi mismo, dándoles voces a mis nenes para que no se metan tanto en el agua, no se manchen de arena, y dejen de correr como posesos por toda la playa…. Hablo como un Dominguero de los de antes, lo cual me da que pensar, que me estoy haciendo mayor, y aunque voy en coche y no tengo que hacer cola para el autobús…., no he dejado que se pierda la tradición del día mundial de los Domingueros.

2 comentarios:

  1. Hola de nuevo:

    Cómo olvidar aquellos interminables trayectos de casa de uno al bus y después a la playa. Igualmente imposibloe no recordar que comieses lo que comieses todo estaba impregnado en arena. Pero ahora con mayores comodidades, incluso con la posibilidad de comer en un restaurante en vez de hacerlo sobre la arena, todo carece de ese encanto de antaño. Sigue disfrutando del placer de ser dominguero mientras tus "peques" demanden ese día como algo muy especial.
    Un abrazo.

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  2. Como muy bien dice orquidea con el tiempo todo lo que entonces haciamos y ahora recordamos con nostalgia carece de aquel encanto especial,tal vez por que la ilusion se nos va cayendo a medida que avanzamos por el camino que,"ellos",tambien han empezado a recorrer,eso si,aun cargados de ilusion,y que les dure por que es imprescindible para continuar.

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Uy lo que han dicho...